El Proyecto Centro Cultural Beti-jai, nace del interés de Irene Jimenez Triguero, exalumna del Título Superior de Diseño de interiores, que quiso dar una nueva vida a un edificio histórico de Madrid actualmente abandonado.
El frontón Beti-Jai, se construyó entre 1893 y 1894 y estuvo abierto 25 años. El edificio fue proyectado y construido por Joaquin Rucoba, es una joya de la arquitectura civil del estilo neomudejar que se conserva en su integridad, destacando las fachadas y la espléndida puerta, además del espacio de la cancha, rodeado por las tribunas y graderíos, con barandillas, columnas de hierro con nervaduras roblonadas y otros diversos elementos constructivos y decorativos que hacen de este edificio “un catálogo a escala real de la tecnología y los principales estilos arquitectónicos y ornamentales del siglo XIX “.
Irene Jimenez Triguero, afrontó este proyecto desde la perspectiva de la sostenibilidad, desde el desarrollo de un proyecto social donde tuvo en cuenta los siguientes criterios:
- Devolver al edificio su carácter social para que puedan disfrutarlo los vecinos de la ciudad, como fue ideado en sus comienzos.
- Rehabilitar el edificio desde el respeto a la historia y su historia.